miércoles, 30 de septiembre de 2009

Retomando

Ayer empecé el cuarto curso de japonés. Al acabar la clase se unieron una serie de sentimientos encontrados.

Por un lado, la alegría de continuar con este proyecto, sin haber desistido hasta el momento. La energía con la que se empieza cada nuevo curso y las ganas inmensas de aprender.

Por otro lado, la ilusión de encontrar a los compañeros de clase, explicarnos qué tal el verano, hablar sobre las mismas chorradas que en el mes de Mayo, como si no hubieran pasado casi cuatro meses desde nuestra última cena juntos.

Y en el otro lado del cuadrilátero la sensación de estupidez. La impotencia de no entender ninguna frase entera. El desgaste mental de buscar la forma de decir algo, mientras emites un "eeeeeeee" y finalmente, desistir del intento, y decirlo en catalán. La envidia de ver que los demás utilizan palabras que te suenan, pero no sabes ni lo que significan, ni cómo utilizarlas, ni qué sentido darles en el resto de la frase. La imposibilidad de entender el vídeo (de un programa para niños) más que por los dibujos que van apareciendo en la pantalla.

2 comentarios:

Susie Q dijo...

Tienes que hacer que te pese más la ilusión del nuevo curso que la impotencia por avanzar poco a poco. Cada uno va a su ritmo según el tiempo que le puede dedicar. Además, que es japonés, nena, que es mucho complicao! :)

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con Susie.
Eso sí, el próximo día asegúrate de entrar en clase de japonés, y no de chino mandarín. Seguro que lo verás todo más claro.
j.