viernes, 3 de febrero de 2012

Mens sana in corpore sano

El otro día hablaba con una persona de confianza que me confesaba su necesidad diaria de hacer ejercicio. Lo hace en casa, cuando se despierta. Es una tabla que cualquiera podría considerar una tortura china, pero esta persona lo disfruta.

Lo curioso es que, cuando me lo dijo me pidió que no se lo explicara a nadie, porque parecería demasiado freak. Si hicera lo mismo en un gimnasio, con un personal trainer, con unos pantaloncitos cortos, etc. parecería lo más in. Pero claro, no es nada cool esto de hacer ejercicio en casa, sin lucir palmito gimnástico, sin pretender ligar con el resto de usuarios, sin hacer todo lo que se hace habitualmente en un gimnasio, vamos.

Paralelamente, en clase de japonés nos preguntaron si alguien hacía ejercicio - una práctica muy habitual en Japón, hasta el punto que en las empresas la gente entra antes para hacer tablas de ejercicios- y toda la clase contestó que no. Me pareció curioso cómo cuidamos nuestra vida social, nuestra mente, nuestro ocio, pero no le dedicamos ni un minuto al ejercicio físico. Quedó para los romanos aquello de mens sana in corpore sano???