jueves, 21 de octubre de 2010

Bárbaros

Hace unos meses vi un reportaje que se elaboró en la ciudad de Barcelona, en el que se pretendía aportar la visión de los anti-taurinos y los pro-taurinos. Se expresaba la opinión de unos y otros, sin criba y sin que se oyera una voz en off con una autoridad moral superior a la de los entrevistados.

A fin de conocer la opinión de aquellos que estaban en contra de la prohibición, el equipo se dirigió a la Monumental de Barcelona. En la puerta encontraron a tres personas de entre 25 y 35 años, que estaban en Barcelona de vacaciones (eran estadounidenses) y les habían recomendado ir a los toros. Entraban en la plaza con una gran sonrisa, de ver las cámaras, el ambiente, etc.

Las cámaras los encontraron también a la salida, con el rostro descompuesto y, supongo que para no ser políticamente incorrectos ante la cámara porque deberían pensar que aquí criticar a los toros es como quemar la bandera, únicamente decían que no les había gustado nada y que era una barbaridad.

Ayer vi un programa de alto calado cultural, "mujeres ricas" (nótese el sarcasmo). Una de ellas llevaba a su amiga, que era de origen ruso (creo) a los toros. Acudieron al evento: la rica andaluza, la rica rusa y una amiga de la rica rusa. Mejor sitio imposible. Visión perfecta. Cuando el toro empezó a sangrar, la amiga de la rica rusa salió al pasillo porque no podía seguir viendo el espectáculo. La rusa se mantuvo allí hasta unos minutos más, pero finalmente tuvo que salir junto a su amiga.

Estaban las dos, esperando en el pasillo, tapándose los oídos porque -decían- cada vez que hay aplausos es que el toro ha sufrido un poco más, derramando lágrimas de dolor.

Las oía hablar y pensaba que su visión de España es la de unos bárbaros que ponen a un animal en una plaza pública, lo someten a tortura y el pueblo lo aplaude y pide la oreja y el rabo.

Sinceramente, durante esos momentos (en uno y otro vídeo) tuve vergüenza de vivir en un país donde se hacen este tipo de cosas. Y donde, cuando se intenta cambiar para mejorar, unos cuantos lo visten con intereses políticos y obvian la barbarie que supone mantener esta situación.