miércoles, 9 de septiembre de 2009

Arriba y abajo

Vivir en una barrio pobre y trabajar en uno rico. Lo que en principio no parece tan diferente en una ciudad cosmopolita, rica y abierta la mundo... tiene sus pequeñas diferencias y quería comentar alguna de ellas:

1. En mi barrio, donde la gente no sólo es pobre, sino también maleducada y sucia, existen contenedores de basura rodeados por bolsas negras repletas e incluso abiertas, objetos de todo tipo, carritos del super, lámparas, etc. (y en algunas ocasiones los contenedores están vacíos)
1. En el barrio de mi trabajo no existen los contenedores, porque es zona de interés turístico y cultural. Así que cada vecino guarda su basura donde buenamente puede. Eso sí, la mayoría de edificios tienen un cuartito de la basura donde se depositan los desechos. Y cada mañana, un señor, al que se le paga por ello, se dedica a sacar todos los cubos de la basura a la calle para que la brigada de limpieza los vacíe.

2. En mi calle existe la figura de "la señora del palo". Es una señora que, armada con un palo, se dedica a quitar todos los carteles que encuentra por la calle. Hay que decir que, en mi barrio, las calles están llenas de carteles tales como "se vende piso", "doy clases de español", "ven a aprender yoga", "señora se ofrece para cuidar ancianos", etc.
2. En la zona donde trabajo, las calles están limpias de carteles. En los árboles, las farolas y las paredes, no existen anuncios de ningún tipo. Las calles se ven así más limpias, pero si tienes que esperar a alguien en una esquina, no te puedes entretener leyendo.
Me gustaría hacer una pausa en este punto, porque nunca me había fijado en este detalle. El día que me di cuenta de que no había carteles por la calle (después de trabajar aquí unos cinco años) me di cuenta de que los barrios no son iguales cuando las personas que viven en ellos no son las mismas.

3. En mi barrio, hay unos cinco supermercados en cada tramo de calle. Existen supermercados grandes (caprabo, Dia, SuperEstalvi, Carrefour, etc) y supermercados pequeños, casi siempre regentados por pakistaníes. Cada uno tiene sus ventajas: los grandes son baratos, los pequeños abren todos los días, y hasta muy tarde.
3. En el barrio de mi trabajo sólo hay un supermercado (Caprabo) y cuando quieres comprarte una cocacola, o algo así, existen algunos colmados de delicatesen (donde la cocacola no se vende en lata, sino en botellas exclusivas).

4. En mi barrio, las tiendas de muebles son cutres. Los muebles son de contrachapado en pino (lo más exclusivo) y todavía existen peluquerías de señoras y barberos.
4. En el barrio del curro, las tiendas de muebles son minimalistas, con objetos de diseño, y dependientes estirados y serios. Las peluquerías son unisex y las peluqueras son fashion con peinados extravagantes.

Seguro que hay más diferencias. A ver si se os ocurre alguna!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡Yo tengo una, yo tengo una!! Las pintadas en las paredes y las rejas.
j.

zahoum dijo...

Yo tengo una mejor, caras que parecen culos!!! UOHHHHHHHH

LoSt dijo...

hay una cosa común en todos los barrios de la ciudad.... LAS OBRAS!!!!!!!!!

Rus dijo...

Anónimo J. Cuánta razón tienes.

Zahoum: la verdad es que de eso, no hay en los barrios ricos, y si las hay, dan la nota que te cagas.

LoSt: La verdad es que por aquí hay pocas obras. Comparado con la que se lía cada vez que levantan una calle en mi barrio...

Susie Q dijo...

Las cucarachas, las ratas, los apartamentos turísticos, la frecuencia de limpieza de las calles, los bicing abandonados, los olores nauseabundos a lejía a las 8 de la mañana, los karaokes de los filipinos a todo volumen, los modernos, los lateros callejeros, los samosas callejeros, los traficantes y las putas. Ah, no! Las putas están en todos sitios, por eso ahora la gente está tan preocupada por el tema y sale en todos los informativos... Visca'lRaval!