martes, 29 de diciembre de 2009

Inglish Pitinglish

Me considero bastante capaz de entender un texto en inglés, pero de ahí a traducirlo hay un abismo. En muchas ocasiones entiendes perfectamente el sentido de una frase, captas la información, pero no serías capaz de dar una traducción exacta de lo que has leído.

Hoy leía en El País que en China han ejecutado a un ciudadano británico por narcotráfico. Literalmente he leído ""La muerte de Akmal Shaikh es una triste acusación del mundo hoy, y particularmente del sistema legal chino (...) En Reprieve, estamos asqueados por lo que hemos visto en este caso", ha dicho Sally Rowen, responsable legal del equipo sobre la pena de muerte de esta organización."

Me han sorprendido dos cosas. La primera, que "la muerte(...) es una triste acusación del mundo hoy". No entiendo que una muerte sea una acusación. Y qué quiere decir "del mundo hoy"?
Lo segundo que me ha sorprendido es que estén "asqueados", porque es una palabra que me suena demasiado coloquial para un comunicado público.

Así que he hecho lo siguiente: buscar el texto original en inglés, y buscar "asqueado" en el diccionario on line de la RAE. Os tengo que decir que no existe la palabra "asqueado" en castellano, y que el texto original en inglés reza así: "The death of Akmal Shaikh is a sad indictment of today's world, and particularly of China's legal system. Akmal was a gentle man who suffered from a tormenting illness; he slipped through the cracks of society and was betrayed and deliberately killed by one of the most powerful nations on earth. We at Reprieve are sickened by what we have seen during our work on this case"

Lo primero que he visto es que quizás la mejor traducción para "of today's world" no sea "del mundo hoy". Y como no sabría traducir ni "indictment" ni "sickened" he acudido al viejo recurso del traductor. Y la gracia está en que si pones sola la palabra "indictment" te la traduce como "acusación". Pero si uno habla habitualmente en castellano, se dará cuenta de que la frase no tiene mucho sentido si utilizamos esta palabra.

Así que he copiado todo el texto y lo he puesto en el traductor de google, y el resultado ha sido:
"La muerte de Akmal Shaikh es una triste crítica del mundo de hoy, y en particular del sistema jurídico de China. Akmal era un hombre amable que sufría de una enfermedad atormentando; se deslizó a través de las grietas de la sociedad y fue traicionado y matado deliberadamente a una de las naciones más poderosas de la tierra. Nosotros, en Reprieve están hartos de lo que hemos visto durante nuestro trabajo en este caso"

A parte de algunas preposiciones, cambiar de orden unas palabras, y conjugar bien un verbo, el traductor solito ha hecho un trabajo mejor que el del periodista de El País.

Conclusión: Manolete, si no sabes torear, pa' qué te metes??

lunes, 28 de diciembre de 2009

Esa sensación

Hoy he tenido esa sensación. Estaba hablando con alguien por teléfono, y cuando he colgado me ha embargado la sensación de la que os hablo.
Primero ha tardado mucho en coger el teléfono, lo cual puede indicar miles de cosas. Pero, cuando ya sonaba el sexto tono, estaba a punto de colgar por si le pillo en un mal momento.
Lo coge, hablamos de una manera normal. Le hago una broma. Silencio. Seguimos hablando sobre no sé qué tema. Otra broma. Silencio. Y para romper el silencio me dice "bueno, cuídate, un beso" y casi ni me ha salido decirle "un beso" porque no me esperaba que cortara tan rápido.
He colgado y me he quedado con esa sensación. Por un lado es un "¿qué ha pasado?" y por otro lado un "¿le habré hecho algo?".
Normalmente estas cosas no me afectan demasiado, porque al cabo de cinco minutos vuelvo a llamar a la persona, y lo aclaro. Pero no lo he hecho en su momento, y es una conversación que he tenido hace unas siete horas.
Ahora me gustaría volver a llamar para preguntarle, pero teniendo en cuenta que parece que hoy estoy un poco susceptible, lo dejaremos para mañana.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Marca la diferencia

Cuando era pequeña mi madre me enviaba a la tienda de "torrefactos" donde vendían el café a granel, y yo compraba paquetes de dos quilos, sin moler. Las propietarias ya me conocían, me daban sugus cuando tenía que esperar, me preparaban los pedidos, y yo me iba feliz y contenta con el café desprendiendo olor en las bolsas.

Esta mañana me he acordado de aquello porque se nos ha acabado el café en la oficina y he tenido que ir a la tienda de Nespresso a comprar. Nespresso ha revolucionado el negocio del café, donde nadie creía que se podía innovar; un producto básico que parecía que no se podía consumir ni vender de otras maneras, ha generado una revolución. Tienen una cara bonita para la publicidad, un producto limpio, una estética acorde con los tiempo, una forma sencilla de hacer café, y la posibilidad de que cada uno lo tome de sabores diferentes sin que ello suponga absolutamente ningún problema.

No sólo han generado una forma de consumir café, sino también una forma de venderlo. Os cuento la odisea: llegas a la tienda y un dependiente te abre la puerta mientras te espeta un "buenos días, señora". Bajas las escaleras donde te espera otro dependiente que te pregunta lo que quieres, como quieres comprar café, te indica "deberá colocarse en la cola, por favor" (es una cola larga, organizada con cintas de separación de cola, como en las atracciones de Port Aventura). Tras diez minutos de espera, serás el siguiente en ser atendido, y esto parece sencillo, pero hay una dependienta que está colocada al principio de la cola y cuando alguno de sus compañeros le hace una señal afirmativa con la cabeza, hace pasar al siguiente cliente "pase a la caja del fondo, por favor". Tras hablar con tres dependientes, cada uno con su función concreta, llegamos a la persona que nos pone las cajitas de café dentro de una bolsa. "muchas gracias señora, le apetecerá tomar un café?". Entras en la cafetería de la tienda, te ofrecen las últimas novedades, te piden que te sientes en una silla, y te sirven el café que más te apetezca por el módico precio de cero euros. Cuando sales, el mismo dependiente que te ha deseado un buen día al entrar, te lo vuelve a desear al salir.

En total, para comprar café, nos han atendido cinco personas (el "portero", los dos del principio y final de la cola, el que te ha vendido el café y el de la cafetería) todos ellos se han dirigido a ti con un "señora" al final de cada frase, y es posible que todo esto sea por haberte gastado tres euros en un paquete de diez cápsulas de café.

¿Cuál debe de ser el margen de beneficio de cada cápsula, para que sea más que rentable el negocio?

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Con la música a otra parte.

Este año he visitado en cuatro ocasiones la capital del reino. La primera visita fue de redescubrimiento de una ciudad donde todo parecía colocado allí para fascinarme.
El segundo de los viajes supuso una visita de un día en que el Retiro se convirtió en el gran protagonista de nuestro descanso.
El tercer viaje fue un tanto extraño porque yo no suelo salir por las noches, y parecía el objetivo de aquella aventura.
En esta ocasión la música me acompañaba en la ruta marcada. Así, cuando llevábamos sólo media hora en la ciudad, ya entrábamos por la puerta del Garage Sónico, donde la música y el ambiente nos hizo añorar un local de estas características en nuestra ciudad. El sábado la ruta nos llevó "desde Las Ventas hasta Chamberí", sin fumar a medias, pero compartiendo la ciudad. En Aluche descubrí que Sabina no siempre da una imagen muy veraz en sus canciones. Y siguiendo la carretera hasta el Pan Bendito, sólo me llevé una foto y no encontramos ni excepciones ni dioses de ningún tipo. Delante de la puerta de la cárcel de Carabanchel pensé en dos presos comunes en el tejao de una prisión.
Finalmente, cuando llegamos al acceso del AVE y nos dijeron que habíamos perdido el tren, y debíamos esperar al siguiente, pensé que era mi destino sentarme en un banco de la estación y pensar que "yo me quedo en Atocha" porque ya no me podía bajar de ningún sitio.