el mundo

Cómo es el mundo,
ayer estaba tan baja de moral, tan desanimada, tan triste, tan llorosa, que no pude resistir plasmarlo todo en un post. Lo escribí, lo revisé, lo analicé, y lo publiqué. Por algún extraño motivo que posiblemente un informático, o alguien que no lo sea, podría explicar, no quedó en el blog, y ahora no sé dónde quedaron esos pensamientos. Quizás sea porque los pensamientos negativos deben acabar en un agujero negro sideral.
Pues que el mundo siga girando,
pero ahora hacia el otro lado,
y que todos lo que ahora estamos
de un lado,
estemos de otro,
en todos los sentidos?
quizás sea pedir demasiado,
pero la vida no acaba ahí,
acaba muy al final de todo eso,
al otro lado del lado que nos hubiera tocado.

Sant Jordi

Los lunes son esos días de la semana en que todo parece más duro, más pesado. En fin, hoy, siendo lunes, parece que sea un día de fiesta. Al final cualquier cosa nos hace estar felices, es Sant Jordi. Las calles están llenas de paradas con flores, con libros, con gente, mucha gente, que los días de común nadie sabe dónde se esconden.

No sabría decir si es más importante el halo de felicidad en que se envuelve la ciudad en un día como hoy; o reivindicar el derecho del ciudadano medio a no verse obligado a consumir en un día como hoy de una manera especial o incluso más gravosa (el precio de una rosa puede llegar a triplicarse en Sant Jordi).

un dulce olor

Hoy es un dia extraño,
me he levantado más de media hora tarde. He encontrado a un antiguo compañero, al que ahora me doy cuenta que echo mucho de menos.
Hace tres días era invierno, un invierno tardío que hacía que todos hubiéramos adquirido una extraña actitud negativa ante la vida.
Llegó la primavera, por fin, y me doy cuenta de que todo a mi alrededor se va solucionando. Una nueva persona de mi alrededor se va lejos, por un tiempo, pero me deja... Lo que hace dos días era una posible enfermedad se ha convertido en algo a superar, sin más... los problemas de pareja de más allá del mediterráneo, y el índico, se están convirtiendo en una convivencia agradable.... el final de una relación, llegó a su punto álgido, dejando todas las cosas en su sitio... en fin.... todo se va solucionando... se va arreglando... se va. y yo me quedo en mi sitio, viendo como todo gira.

¿Y yo?

Ayer fue un día duro.
No sé gestionar la tristeza de la gente, la tristeza de los que están a mi lado, y a quien tanto quiero. No sé gestionarlo, y la vida me obliga.
Creo que me estoy perdiendo. Demasiadas cosas para hacer, demasiadas personas con quien estar, demasiado de lo que preocuparme.
¿Dónde quedo yo en todo esto?
Luego, llega la noche, y estoy agotada, enfadada, con ganas de llorar, pero llego a casa, y está él, con una sonrisa, amándome, comprendiendo de mi incluso lo que yo no comprendo; y todo ello no me permite llorar, ni estar triste, ni preocuparme.

La distancia

Es curioso, ahora ella está lejos, muy lejos de aquí, pero la siento cerca, más cerca que cuando se fue.
La distancia provoca que, al echarla de menos, esté más conmigo que cuando no tenía opción de echarla de menos.
Supongo que si a ello le sumamos que me gustaría abrazarla fuerte, y hacerle creer que mientras estemos así, abrazadas, el mundo no podrá hacerle daño...
Supongo que todo esto provoca que la sienta más cerca de mi corazón, más lejos de mi cuerpo.
Que curioso es el mundo, no?
Pero mira, cuando tú te fuiste no me pasó lo mismo. Te sentí más cerca, porque hablábamos, compartíamos todo. Pero nunca sentí que necesitar mi protección, en aquel mundo que no era extraño para ti, ni te hacía sentirte sola ante las adversidades del mundo.
A ti te siento ahora menos segura, menos fuerte que entonces. Aunque no lo seas, aunque sigas siendo tan fuerte, aunque todo alrededor te haga sentir insegura, aunque el mundo cayera a tus pies... sigues siendo la misma mujer fuerte, segura, y llena de vida y optimismo que entonces. Sólo es necesario que lo recuerdes, y que, como ahora, te permitas tus debilidades, de vez en cuando.
Os quiero, niñas.

Sin noticias de Gurb

Hoy es uno de esos días en que Barcelona está triste, apagada y gris.
He salido a la calle y en las caras de la gente no se ve la alegría de una ciudad viva, la alegría que se pude leer en los rostros de la gente que un sábado al mediodía toma un aperitivo en las terrazas que invaden la ciudad. Esa alegría, los días como hoy, se esconde, celosa de su soledad, en una cueva infinita.
Pero aún con ello, con la falta de alegría, y el color gris de sus calles, está ciudad me enamora cada día. Cuando la gente de mi alrededor se va, pienso que será bonito conocer otros sitios, pero sé que nopodría estar muy lejos de aquí por mucho tiempo.

Es jueves, pasan más de 20 minutos. sigo aquí. espero que algo suceda. suena el teléfono y no es más que el maldito servicio de mensajería de telefónica.
sigo esperando.
...
en fin, quizás no sea el mejor momento para escribir.
No se porqué he hecho esto. Es una chorrada, seguro, pero mira.. aquí estamos.
Bueno, pues...