miércoles, 30 de enero de 2008

My books

Hubo un verano, uno de aquellos que duraban tres meses enteros de vacaciones. Me pasé el verano utilizando las primeras horas de la tarde para sentarme encima de la cama, en mi habitación, con un bol de helado de vainilla del Día y un libro entre las manos, mientras sonaba mi última adquisición de Charles Mingus desde un equipo de música enorme que ocupaba toda mi mesita de noche.
Aquel fue un verano de Borges, Cortázar y Sábato. Un verano pive, que diría. Sólo Bryce Echenique lo extendió a todo el continente sudamericano.
Luego llegó el trabajo, las pocas horas del día, la necesidad de disfrutar de un café, y la lectura pasó a ser un tema secundario de mi vida.
Desde entonces no había vuelto a tener un hábito de lectura y lo echaba de menos, pero no era capaz de encontrarle un momento y el leer se había convertido en algo circunstancia.
Hace tres meses fue mi cumpleaños, y como cada año me regalaron varios libros. Tenía tantas ganas de Auster que me lo bebí en dos semanas de tiempos muertos y largas visitas al baño. Auster quedó atrás y entonces conocí a Haddon, un señor que, por la proximidad de lectura no pude evitar compararlo con el neoyorquino. Y claro, nada que ver. Eso hizo que empezara con poco ánimo esta nueva novela, pero ahora que me quedan menos de diez hojas para acabarla, me alegro de que me la regalara alguien que seguramente no sabía qué más regalarme.
Me descubro cada mañana, tras la ducha matutina, apurar los minutos para salir corriendo navegando entre las hojas de la novela de turno. Y me alegro, me alegro de haber recuperado un hábito de lectura, de haber encontrado un tiempo para leer. Feliz.

martes, 29 de enero de 2008

Con mi chaqueta Adidas

Hoy iba en la moto y me he acordado de Jorge. Jorge iba a la misma universidad que yo, un curso por delante. Cuando yo hacía tercero él cursaba cuarto de la misma carrera, y recibía clases justo en el aula de al lado de la mía. Me gustaba verlo por la ventana lateral que tenían aquellas puertas del edificio Roger de Lluria, fumando.
Jorge me encantaba, y le miraba en la distancia e imaginaba cómo sería, cómo hablaba, qué cosas decía y qué le interesaba.
Nunca hablé con él, no le conocía de nada, pero me encantaba. Luego la vida me llevó a descubrir que era el mejor amigo del novio de mi amiga. Y luego la vida lo llevó a tener una relación con una buena amiga mía que no acabó muy bien.
Y hoy, sentada en mi moto, me preguntaba, qué será de Jorge? Conservará aquella chaqueta Adidas igualita a la mía? qué quedará de aquel chico que me encantaba aunque no le conociera?? Y qué será de otros tantos que quedaron en el camino y que fueron importantes, aunque en realidad no lo fueran??

jueves, 24 de enero de 2008

La belleza

La belleza es un concepto muy denostado. El otro día me senté en un banco a comer un dürum de ternera sin picante, gracias. Estaba sola, y mi comida no me permitía leer mientras comía, así que observé a la gente que pasaba, a la que estaba, a la que iba por la otra acera de la Via Laietana. Un hombre de rasgos claramente árabes, hablando en francés por el móbil, sentado solo en un banco. Un hombre de rasgos claramente sudamericanos pasa por delante cargando un paquete. Una mujer de rasgos claramente norteeuropeos pasa sobre su bicicleta destartalada. Un grupo de chicas, cuyos rasgos no llego a ver, pasan por Via Laietana, con tejanos, chaquetas último modelo, y pañuelo en la cabeza. No puedo evitar pensar, no se verían más guapas sin los pañuelos?. Una jovencita de poco más de 16 años, con unos tejano pata de elefante (aún hay gente que los lleva) y una chaqueta que deja a la vista los esbeltos riñones de la muchacha. NO puedo evitar pensar, no estaría más cómoda con una chaqueta un poco más larga???
Me vi sentada en la calle, sola, en mitad del bullicio de la ciudad, y pensé que la calma se puede encontrar en cualquier parte, y que las personas son belleza en sí mismas, ninguna es igual a otra, todas tienen sus propias características.

jueves, 17 de enero de 2008

Enamoramientocontinuo

Estoy locamente enamorada. Él lo sabe, yo lo sé, y es todo perfecto.
Aún así debo reconocer que últimamente a mi alrededor hay demasiada gente que me parece de lo más interesante. En todos los aspectos.
Ayer me enviaron uno de estos mails tontos en que dice cosas como "nunca pidas un beso, róbalo" con el Beso como protagonista. Al final del mail decía que si habías estado pensando en una persona mientras leías el mail, es que estás enamorado. Y me sorprendí pensando en él, sonreí y borré el mail. Ya sabía que estaba enamorada, pero es como en aquel mail que te dicen que no puedes tocarte el codo con la boca, y en el número siguiente te dicen que no lo sigas intentando. Me han pillado, pensé.
Si no estuviera enamorada, estaría enamorada de otro, pero de quién. He estado analizando mi vida de los últimos días, y creo que habría varios candidatos para robarme el corazoncito.
Qué me lleva a esto? pues no lo sé, pero lo cierto es que me doy cuenta de que prácticamente desde los 15 años no he dejado de tener a alguien en la cabeza. Será que no me imagino mi vida sola, aunque me considere muy independiente emocionalmente?
Y lo mas curioso es, si estoy bien en mi relación ¿por qué me gustan tanto los hombres? en fin, es todo una duda enorme, que no me lleva a ninguna parte, sobre todo porque no le daría ni un simpre beso a ninguno de ellos y posiblemente si no tuviera pareja, no querría tenerla durante mucho tiempo.
Conclusión: si no tienes en qué pensar acabas pensando cosas improductivas y estúpidas que sólo servirán para complicarte un poquito más la vida.

jueves, 10 de enero de 2008

Las instituciones

Antes de mis años de instituto, cuando quedaba con mis amigas, solíamos ir a Mc Donald's o lugares similares, donde lo menos importante es el camarero.
En tercero de BUP o en COU, no lo recuerdo inicié mi largo recorrido de instituciones, que continua en la actualidad, y que persistirá durante tiempo dada mi debilidad por los bares.
Todo empezó en "El café que pone Muebles Navarro" con Juan, un argentino de Rosario que nos tenía enamoradas con ese acento, y la simpatía que desprendía.
De allí pasamos al "Muy buenas" donde una preciosa camarera negra era el mayor atractivo del local. Cuando se fue, nos quedamos con la poesía.
Vino un torbellino de cambios en nuestra vida, y eso se vio reflejado en los bares, desde la granja del gótico, hasta el Kasparov, pasando por el Buenas Migas, la Granja Gavá o el Laurel, cualquier sitio era bueno.
Le tocó el relevo a la Tete, con sus camareros salidos de una casa okupada y más pluma que un pavo real, y esa ensalada 8 y 1/2 que nos metíamos entre pecho y espalda.
La universidad quedó atrás, pero no las ganas de vernos, durante poco tiempo, pero el suficiente, nos reencontrábamos los viernes en el Escac. Venía quien podía, pero era agradable saber que si tenías tiempo, allí estaba la gente.
Los martes por la noche eran los días del Esterri, con aquel camarero tan mono y agradable que me traía una copita de vino por sólo un euro. Le dieron el relevo a un par de jubilados que ganaron clientela pero hicieron perder el encanto al local.
Desde hace un tiempo nuestros días de café y vino se reparten entre la bodega, también conocida como "el negro" y el Caj Chai. Se divide entre un local en el que puedes encontrar a los borrachines del chino y una tetería de aire europero donde no te gastas menos de 500 pelas en un té, ah, eso sí, acompañado de un daifuku, gracias.
A mi, cuando estoy sola por la mañana, me gusta desayunar en el Olivia, con un cortado y un bocata de aguacate y tomate seco, mientras leo uno de los periódicos que compran.
Es lo que tiene vivir en el Raval!!

lunes, 7 de enero de 2008

Propósitos

Pues bien, en estos días de propósitos, voy a hacer una pequeña lista para que así, el día 31 de Diciembre de este año que empezamos, pueda ver si se ha cumplido alguna parte.

1. Mejorar mi ansiedad hasta que desaparezca
2. Dejar de comer compulsivamente
3. Leer todo lo que me proponga, por ahora acabar el que estoy leyendo y lanzarme a Tokio Blues
4. Viajar al mundo árabe, El Cairo y Marruecos nos esperan.
5. Trabajar con más alegría sin que la gente me desquicie.
6. Aprender todo el japonés que mi mente pueda asumir.
7. Aprender 12 recetas nuevas de cocina, una por mes.
8. Aprender a ser más comprensiva con los que no actúan como yo.
9. Amortizar hipoteca, lo que se pueda.
10. Comprarme ropa nueva.
11. Probar 12 buenos vinos, uno por mes.
12. Ver más a mi familia.
13. Colgar cuadros en las paredes blancas de mi casa.

jueves, 3 de enero de 2008

Lo reconozco, soy atea.

Lo reconozco, soy atea. Creo que el Dios cristiano, musulmán, judío no existe. Creo que estas tres religiones en concreto (que son las únicas que conozco un poco) fueron una invención de la gente del momento, como los dioses romanos lo fueron también. No creo en la vida eterna, ni en el sacrificio ahora por la gloria luego. No creo que nadie sea superior a otra persona, ni que unos tendrán unos derechos que otros no tienen. No creo que dios esté fuera de mi, ni que sea un ser superior que todo lo ve y lo sabe. No creo que pueda pedirle a dios nada, porque sólo yo y las personas con las que me relacione podrán ayudarme. No creo en la resurrección de los muertos. No creo que María fuera virgen, ni que a José se le aparecieran ángeles. Creo que todo lo que envuelve a las religiones es adoctrinamiento de masas, normas en muchas ocasiones estúpidas, prohibiciones y obligaciones que en general no tienen nada que ver con el Dios que profesan. Creo que la moral de cada uno debería servirle para comportarse en sociedad. Creo que quien no cumple las normas establecidas por la sociedad, si son delito debe ir la cárcel, pero no podemos esperar el juicio final. Creo que las mujeres y los hombres está en igualdad de condiciones, pueden realizar los mismos trabajos, vestir según gusten, casarse con quien consideren y hacer todo lo que quieran, siempre que no perjudiquen a los demás. No creo que si un día de la semana no trabajo eso sea bueno para mi comunidad. No creo que no comer determinados alimentos sea bueno para mi alma. No creo en la santa Trinidad. Creo que las religiones sirven para separar a las personas, a unas personas que al fin y al cabo tienen la misma fe: Dios.
Creo, y si no es así, por favor, corregidme, que no intento inculcar estas ideas a nadie. Creo que respeto a los que creen en Dios, pero intento que tengan una visión más amplia que la de las religiones para creer. Mis convicciones son fuerte, pero sé que el mundo no es así porque yo lo crea, ¿por qué hay algunos religiosos tan estúpidos como para decirme que estoy equivocada?. No te dicen que ello consideran otra cosa, no. Te dicen que tú estás equivocada y que si tienes suerte, algún día oirás la llamada de Dios. Yo les respeto, y por eso no les digo que estén equivocados. Exijo ese mismo respeto.