viernes, 28 de diciembre de 2007

Propicios días

Propicios días tengan todos los que leen este rincón del mundo virtual donde nos encontramos. Propicios días para comer, para beber, para reunirse con familiares y amigos. Propicios días tengan todos, y si son padres, o tíos, o padrinos de algún menor de edad, no olviden acudir a los centros comerciales que nuestra comunidad les ofrece para sacar una sonrisa a esa pequeña personita a la que quieren tanto. Cuanto más caros sean esos regalos, más demuestran su amor, más grande es ese amor, y más lo nota el niño. Le costará sacar del bolsillo los más de 300 euros a los que vendían una wii días antes de la Navidad, es que en el FNAC está agotada, y el mercante debe sacar beneficio de su desesperación por comprarle lo mejor a su niño. Pero cuando vea la sonrisa, la alegría que tal regalo le provoca, pensará que todo ha valido la pena.
Si usted no tiene hijos, no se preocupe, propicios días tenga comprando regalos. Amigo invisible del trabajo, amigo invisible de los amigos de la universidad, amigo invisible de las personas con las que pasa la noche del 24, un regalo para su pareja (que tanto se lo merece, y aunque lo que él/ella quiere es un poco caro, qué más da, si nos estamos gastando cientos de euros en los regalos de los demás), un regalo para la familia más cercana (madre, padre, hermanos, abuelos) y para la más lejana (tío, sobrina, tía, la novia de un hermano) y, por supuesto, un regalo para la familia que uno ha elegido (amiga A, amigo B, amigos C y D).
Propicios días tengan todos, paseen por nuestra ciudad iluminada (sólo dos horas al día, pero tan bonita esas dos horas...), salga, vayan al centro como cada año, llenen las calles y caminen lo más lento posible para que se sienta el espíritu de estos días.
Propicios días tengan, y no olviden enviar cientos de mensajes a través de su teléfono móvil el día 1 de enero a las 00.02 no vaya a ser que el que tiene que recibir ese mensaje, al no recibirlo, piense que le desea usted lo peor para el año 2008.
PROPICIOS DÍAS!

miércoles, 19 de diciembre de 2007

la atomización de los individuos

Buscar la individualidad tras un página, tras otras, tras otra, y así hasta el final del trayecto. Antes una viajaba en transporte público y se encontraba con las miradas de sus compañeros de vagón. Alguno leía un libro, pero eran pocos, por lo que la posibilidad de encontrar una sonrisa amiga era bastante alta.
La gente mayor normalmente aprovechaba cualquier ocasión para inciar un diálogo en el que normalmente ellos hablaban y tú sólo sonreías y asentías sin osar discutir ninguno de sus pobres argumentos.
Los adolescentes, se sentaban en un asiento, con cara de asco ante la vida, y a través del cristal oscurecido del metro por el color negro de las paredes del túnel, buscaban a otro adolescente del sexo contrario, o del mismo, para valorar cuán bueno estaba.
La gente de mediana edad, con su cara de preocupación ante la vida, miraban el suelo, o se percataban del juego de los adolescentes, o entablaban una conversación con alguna señora que va a la Boquería aunque tenga que ir en metro, porque ahí está todo más bueno, y si buscas, incluso más barato.
Ayer viajé en metro, y mirara hacia donde mirara me encontraba con un periódico abierto tras el cual posiblemente había un adolescente, un señor mayor, o una cuarentona con pelo a lo Madonna. Los periódicos gratuitos están haciendo mucho mal a nuestra sociedad.

jueves, 13 de diciembre de 2007

es3

El otro día decían en las noticias que el stress es un mecanismo de defensa de nuestro cuerpo. El stress nos hace estar alertas en situaciones de riesgo. El problema viene cuando es continuo, dado que puede provocar graves perjuicios para la salud.
Una tiene un trabajo bastante estresante. Resulta que desde el lunes hasta hoy he tenido juicio cada día, con los nervios que supone. El de ayer fue especialmente duro para mí, y la noche del martes al miércoles no dormí. Así que una supone que en cualquier otro trabajo el estrés desaparecería y la calidad de vida sería mejor.
Pero una buena amiga trabaja como guía en un museo. Parece un trabajo poco estresante, sin embargo me explicaba que su noche del martes al miércoles no fue mucho mejor que la mía, recordando datos de la visita del día siguiente durante toda la noche.
Una gran amiga mía es encargada en un tienda de ropa poco conocida, de precios elevados. Esos precios elevados supone que no haya acumulación de clientes como en el Zara o cualquier tienda de ese tipo. Sin embargo, mi amiga, cada dos meses se está una semana de los nervios por el estrés del trabajo, sin dormir e incluso con dolores de barriga.
Como último ejemplo, la más hippy de mis amigas. Sin horario fijo, sin responsabilidades económicas grandes. Sin jefe. Se dedica a hacer masajes, por un precio bastante bueno, y el resto del tiempo a descansar. Sin embargo durante el último mes era imposible verla parada, descansando simplemente. De curso en curso, de cita en cita, y un masaje, un curso que me saco un dinerillo. Estresada.
Cualquiera de los que lean este post estará estresado. Si este estrés es un riesgo para la salud, si no es recomendable estar en esta situación un tiempo continuado, cómo es posible que el 99 % de la población que me rodea continue con este ritmo? La vida que vivimos todos nos empuja a exprimir el tiempo, y ello nos crea angustia por llegar a todo, ser perfectos, ser felices, dedicarnos tiempo, dedicarle tiempo a los que nos importan, etc. Todo ello nos lleva a una situación perjudicial para la salud, y sin embargo sólo así somos felices.

lunes, 3 de diciembre de 2007

La máxima inactividad

Un sábado soleado cualquiera. A pesar del Sol que brilla tras la ventana los cuatro amigos se sientan alrededor de una mesa cuadrada con unos vasos de té marroquí, unas pastas de té paquistanís, una baraja de cartas de UNO y pocas de ganas de salir al frío que ofrece la ciudad.
Alguien está en Londres, alguien está en Bombay, algunos en Madrid y otros acaban de llegar de Bélgica, pero ellos están ahí sentado, jugando y riendo, ganando y perdiendo, utilizando demasiado pronto un más cuatro o retando cuando no debían.
El té se acaba, las pastas ya no satisfacen, y el imperio de la coca-cola se apodera de la sala, con unas pipas, con piel y saladas. Ya van dos CD's de Sabina, y nadie aguanta más ese ritmo. Una de Camarón, pero dos serían demasiado para seguir con el tono festivo que está adquiriendo esta tarde.
Mientras comen pipas, cuentan los puntos (tal como indican las reglas, por fin), escuchan y cantan a Fito y deciden alargar esa tarde que ha empezado a las 16:30 hasta después de comer. Mmmhh, macarrones gratinados!
Una tarde así sólo puede acabar con una buena peli, quizás ninguno acabe de entender todos sus entresijos, pero sólo Siryana podría poner el broche de oro a una tarde de máxima inactividad, comida, bebida y música sin parar.