viernes, 8 de febrero de 2008

Mis pantalones mango

Una es discreta en la forma de vestir. Tan discreta que algunos me tildan de sosa. Tan sosa que mi última adquisición, por la obligación de comprar en rebajas, son unos pantalones tejanos negros. Sí, unos tejanos negros, ese tipo de pantalón que con las lavadas se queda de un color extraño. Por qué negros? pues muy sencillo, cuando una no quiere ir a la última moda, pasa de pantalones de piquillo y se lanza a los clásicos tejanos rectos. De un burro de seis metros repleto de pantalones tejanos, el único recto normal y corriente resultó ser negro. "Bueno, pues me lo compro, p'a lo que vale" esa gran frase que se dice en rebajas, aunque luego te arrepientas de haberte gastado 4 euros en una camiseta que no te pondrás nunca, pero por cuatro euros....
En fin, esos pantalones entraron en mi casa hará aproximadamente tres semanas, yo diría que fue el día 12 de enero. Sí, exacto, hace ya un mes casi.
Los pantalones pasaron por varias fases, primero cayeron sobre un cama que no se utiliza, en una habitación donde no entro nunca, a la espera que me coja los bajos. Sí, una no es excesivamente alta, y necesita hacer este tipo de cosas!
Finalmente, el domingo pasado, harta de mover los pantalones de un lado al otro de la cama, meterlos y sacarlos del armario, etc, decidí entrar en la habitación, armarme de valor, y cogerme los bajos. Visto que la persona que me tenía que coger los bajos no lo hacía, lo hice yo solita. Ello supone un claro riesgo: que queden largo, cortos, o una pierna larga y la otra corta.
En fin, que finalmente cumplí con mi parte de la misión: los pantalones, con sus alfileres indicando el límite a cortar, estaban dentro de la misma bolsa de Mango Rebaixes en la que me fueron entregados, sobre la mesa de la entrada del piso.
Ahora sólo falta una fase: llevarlos a cortar y coses. Parece coser y cantar, pero claro, cuando una no para por casa delega este tipo de cosas en los que tienen más tiempo libre. Pero tener tiempo libre no implica tener buena memoria. Así que esta mañana, como todas las de esta semana, he cogido mi casco, colocado junto a la bolsita rosa, y he pensado "Ostia el pantalón, bueno, mañana lo llevo".
En fin, mañana, o el lunes o el martes o.... lo llevaré y llegará la fase "ir a recogerlo".
Conclusión:

1. Por eso nunca me compro ropa, joder!
2. Sí, ser baja tiene sus inconvenientes.
3. Admiro a la gente que se propone las cosas y las hace al momento.
4. Ya no me acuerdo si me quedaban bien los putos pantalones.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajajaja... Yo me ofrezco a ayudarte a coger los bajos la próxima vez (una tampoco es sueca y ha tenido que aprender). Sólo una apreciación, los piquillo son los pimientos, los pantalones son pitillo...

Anónimo dijo...

jejeje, he puesto piquillo?? que grande. No me había dado cuenta!!!