miércoles, 4 de noviembre de 2009

Suddenly

Estamos en lo mejor de la vida, en esa época que eres adulto, pero no viejo. En que tus padres ya no te dicen lo que tienes que hacer, y tus hijos no te juzgan por tus acciones. En esa época en la que una escapada un fin de semana, es lo más normal del mundo.
Somos jóvenes y sanos. Y tenemos la sensación de que esto será así para siempre, porque las cosas malas huelen mal, son feas y preferimos no hablar de ellas.
Esta mañana me he enterado de que una chica a la que conozco, murió la semana pasada. Murió de repente. Tenía 38 años y estaba sana. Estaba en esa época de la vida en que era adulta pero no vieja. Esa época en que la muerte está tan lejana que hablar de nuestra propia muerte es como hablar de los anillos de Saturno. Es algo cierto pero que está tan lejano que parece irreal.
Llevo toda la mañana pensando en ella, en que uno puede pasarse la vida estresada por nimiedades, y de repente, todo deja de ser un problema.
Llevo toda la mañana pensando en lo fácil que es morir, y lo difícil que es vivir.
Toda la mañana pensando en que en cuestión de unos minutos, sin previo aviso, todo se acaba.

1 comentario:

Susie Q dijo...

En esos momentos es cuando te das cuenta de que hay que relativizar los problemas y no desperdiciar las cosas buenas. Lo malo es que luego se nos olvida...