lunes, 16 de noviembre de 2009

Como gallinas

Una amiga me ha enviado un mail para invitarme a una sesión de tupper-sex. Está bien que no me quiera excluir de tan selecto grupo, pero por un momento me he imaginado la escena y me ha producido un leve escozor en la piel.
Cuando los hombres hablan de sexo suben el tono de voz, dicen barbaridades y generalmente te ríes.
Cuando las mujeres hablan de sexo suben el tono de voz ( y de una manera prácticamente insoportable lo agudizan), dicen barbaridades y no paran de reirse.
Hace unos meses fui de compras a un sex-shop con tres mujeres más y la vergüenza se apoderó de mi. ¿por comprar artículos sexuales? no. Por parecer un grupo de gallinas buscando un gallo de plástico.
Me explico. Cuando voy a comprar a una pastelería no le digo al dependiente:

- Vengo a comprar aquí, porque yo sola no sé hacer pasteles. Y es que los pasteles son taaaan buenos. Es que me encantan. Me gustan y me siento orgullosa de ello. Si se me cae en casa, me vienes a hacer uno?

Por eso no entiendo por qué en un sex shop le tengo que decir:

- Uy, pues a mi me parece pequeña. Sí, sí, es que yo no me conformo con cualquier tamaño. Y si me quedo sin pila, te puedo llamar para que vengas a arreglármelo a casa? teneis servicio de urgencias? es que yo así no me puedo quedar.

Una, que es más discreta, le hubiera preguntado al dependiente sobre los distintos tipos, precios y cualidades. Me hubiera decidido por uno. Hubiera pagado. Y me hubiera ido. Vamos, como en cualquier tienda.

Así que me he imaginado la escena tupper sex con frases como: "uy, nena, quieres decir que eso sabrás usarlo?" y a coro "jajajajaja". "Pues ponme dos docenas" y a coro "jajajaajaja". "si llego a descubrir esto antes..." y a coro "jajajajaja".

Y yo me pregunto, ¿por qué los tupper sex están pensados sólo para mujeres? ¿por qué las mujeres no van a los sex-shops como los hombres? ¿por qué nos parece menos sórdido comprarte un consolador con ocho amigas tuyas mirando, en lugar de comprarlo tú solita - que a nadie le importa lo que haces con tu vida sexual-?

Con esto, quiero decir, que la masturbación femenina sigue siendo un tabú. Y, del mismo modo que los hoteles para gais no ayudan a que se normalice que dos hombres pidan una habitación en un hotel cualquiera; que no se vean mujeres en los sex-shop mantiene la masturbación femenina en un plano oscuro y tímido.

1 comentario:

Anónimo j. dijo...

'Como gallinas buscando un gallo de plástico': me ha encantado.
Y tienes razón con lo del tabú, pero prefería no hablar de ello...
j.