martes, 9 de septiembre de 2008

Robo

Martes: 15.45 horas. Es uno de los dos mediodías que no puedo ir a casa a comer. Lo normal es que me gaste mis dinerillos en comer alguna cosa por ahí, pero hoy, por fin, he sido precavida y me he traido un tupper con albóndigas!!! ñam!
Dispuesta a elegir el lugar idóneo para comérmelas, me decido por el Passeig del Born. Tras dar mil vueltas a mi mochila para decidir finalmente meter una pierna por uno de las asas y sentarme en posición de loto, abro mi tupper y me deleito con el espectáculo que la ciudad me ofrece.
Después de varios minutos mirando a los guiris, los artistas, los currantes, los basureros, los ciclistas y demás especímenes que inundan la ciudad, observo un chico que apoya su bicicleta en el suelo, junto a una pareja que hay sentada en un banco. Y, buscando algo en la bicicleta, les comenta algo (supongo que les pide que se la vigilen un momento). La pareja lo está mirando mientras habla con él, girados hacia su izquierda que es el lugar que el muchacho ha decidido para pararse. La pareja no es consciente de que su mochila está justo en su lado derecho, y aprovechando la conversación, aparece un chico por detrás, y con una delicadeza sublime coge la mochila con dos dedos, y se va andando tranquilamente hacia una de las calles que da al paseo.
Atónita miro la escena, y me quedo muda, incapaz de ayudarles, de gritar o decir algo.
El sentimiento de culpabilidad me invade, me juzgo duramente (soy idiota, debería haberles gritado desde donde estaba), miro como la pareja descubre que la mochila ha volado, me acabo la comida, me levanto y me voy. Querría decirles lo que ha pasado, pero me siento tan culpable por no haberles avisado que soy incapaz de reconocer que he visto toda la película. Doy una vuelta por la zona buscando al chico de la bici, pero es inútil.
Ante estas cosas se me cierra el estómago y no puedo respirar bien. Es el exceso de empatía.
Ahora escribo para purgar mis penas, para dejar de sentirme culpable, para dejar de atormentarme con lo que podría haber hecho.
Con este es el cuarto robo o intento de robo que vivo este verano, y ya empiezo a preguntarme si no será que el universo me avisa de que alguien me va a dar el palo de mi vida.

1 comentario:

zahoum dijo...

Hola nena, don't worry no siempre reaccionamos igual ante las mismas situaciones...! Así que no te sientas culpable, no fue culpa tuya!!! Besillos!