jueves, 10 de enero de 2008

Las instituciones

Antes de mis años de instituto, cuando quedaba con mis amigas, solíamos ir a Mc Donald's o lugares similares, donde lo menos importante es el camarero.
En tercero de BUP o en COU, no lo recuerdo inicié mi largo recorrido de instituciones, que continua en la actualidad, y que persistirá durante tiempo dada mi debilidad por los bares.
Todo empezó en "El café que pone Muebles Navarro" con Juan, un argentino de Rosario que nos tenía enamoradas con ese acento, y la simpatía que desprendía.
De allí pasamos al "Muy buenas" donde una preciosa camarera negra era el mayor atractivo del local. Cuando se fue, nos quedamos con la poesía.
Vino un torbellino de cambios en nuestra vida, y eso se vio reflejado en los bares, desde la granja del gótico, hasta el Kasparov, pasando por el Buenas Migas, la Granja Gavá o el Laurel, cualquier sitio era bueno.
Le tocó el relevo a la Tete, con sus camareros salidos de una casa okupada y más pluma que un pavo real, y esa ensalada 8 y 1/2 que nos metíamos entre pecho y espalda.
La universidad quedó atrás, pero no las ganas de vernos, durante poco tiempo, pero el suficiente, nos reencontrábamos los viernes en el Escac. Venía quien podía, pero era agradable saber que si tenías tiempo, allí estaba la gente.
Los martes por la noche eran los días del Esterri, con aquel camarero tan mono y agradable que me traía una copita de vino por sólo un euro. Le dieron el relevo a un par de jubilados que ganaron clientela pero hicieron perder el encanto al local.
Desde hace un tiempo nuestros días de café y vino se reparten entre la bodega, también conocida como "el negro" y el Caj Chai. Se divide entre un local en el que puedes encontrar a los borrachines del chino y una tetería de aire europero donde no te gastas menos de 500 pelas en un té, ah, eso sí, acompañado de un daifuku, gracias.
A mi, cuando estoy sola por la mañana, me gusta desayunar en el Olivia, con un cortado y un bocata de aguacate y tomate seco, mientras leo uno de los periódicos que compran.
Es lo que tiene vivir en el Raval!!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bien que escriben algunas...! Me encanta leer vuestros posts!

Gracias!

Zum Zum

Anónimo dijo...

Gracias nena, a ver si tú te animas!!!

Anónimo dijo...

Una larga historia de amor que todavía dura, y que dure... ¿está bien eso de ir sola a un café? supongo que te sientes mayor haciendo gala de tanta madurez...jajajaja, es brometa!

Anónimo dijo...

jejejeje, lo de ir sola a un café está muy bien, siempre que, en caso de necesidad, me pueda resguardar tras un libro o un diario. No me siento mayor ni madura, pero una vez has ido sola al cine, puedes ir sola a cualquier lado, incluso a Salamanca, jejejejej"