Experiencia Ikea

Decidir un sábado por la mañana hacer una excursión al ikea, sólo se hace por absoluta necesidad. Decidir ir sola, sólo se hace por amor hacia los demás.
Una vez en el ferrocarril, nada más sentame, me di cuenta de mi primer gran error de la mañana: no llevaba nada legible en el bolso. La alternativa me vino dada, ya que las chicas que tenía sentadas al lado hablaban en un tono elevado. Después de alucinar con frases como "yo es que a los chicos los trato como a las chicas" o "¿se me ha corrido el rimel?" a lo que la amiga responde rauda "no, estás perfecta, como una maquilladora profesional", llego a mi parada.
Cuando se abren las puertas del vagón, una manada de mujeres deciden bajar en la misma parada que yo. Sólo había mujeres, desde los 16 hasta los 45 años, todas en grupos o en parejas, todas a la moda, todas con el pelo perfecto, todas maquilladas, todas perfectas, y la mayoría con algún piercing en la cara. Fue en ese momento cuando empecé a atar cabos: todas iban a alguna feria de peluquería y estética, por lo que todas eran peluqueras, esteticistas, o sus amigas.
Cuando pude, me separé de la manada, y me dirigí con paso firme hacia el edifio azul eléctrico.
Una vez ante la puerta, y cuando me disponía a entrar, un muchacho sudamericano me dijo "puede entrar por aquí" mientras me extendía una tarjetita diminuta y añadía "si necesita un servicio de transporte, le ofrezco el más barato". Osea, más barato que el Ikea!
Tiempo invertido en llegar al establecimiento:30 minutos
Tiempo invertido en volver a casa: 30 minutos (cargada).
Tiempo de permanencia en el local:40 minutos.
Precio total de la compra: 15,71 euros.
La experiencia del sábado por la mañana: no tiene precio.