lunes, 3 de diciembre de 2007

La máxima inactividad

Un sábado soleado cualquiera. A pesar del Sol que brilla tras la ventana los cuatro amigos se sientan alrededor de una mesa cuadrada con unos vasos de té marroquí, unas pastas de té paquistanís, una baraja de cartas de UNO y pocas de ganas de salir al frío que ofrece la ciudad.
Alguien está en Londres, alguien está en Bombay, algunos en Madrid y otros acaban de llegar de Bélgica, pero ellos están ahí sentado, jugando y riendo, ganando y perdiendo, utilizando demasiado pronto un más cuatro o retando cuando no debían.
El té se acaba, las pastas ya no satisfacen, y el imperio de la coca-cola se apodera de la sala, con unas pipas, con piel y saladas. Ya van dos CD's de Sabina, y nadie aguanta más ese ritmo. Una de Camarón, pero dos serían demasiado para seguir con el tono festivo que está adquiriendo esta tarde.
Mientras comen pipas, cuentan los puntos (tal como indican las reglas, por fin), escuchan y cantan a Fito y deciden alargar esa tarde que ha empezado a las 16:30 hasta después de comer. Mmmhh, macarrones gratinados!
Una tarde así sólo puede acabar con una buena peli, quizás ninguno acabe de entender todos sus entresijos, pero sólo Siryana podría poner el broche de oro a una tarde de máxima inactividad, comida, bebida y música sin parar.

3 comentarios:

LoSt dijo...

Quina enveja!!!
Jo afegiria estar parlant sobre temes ultratrascendentals i riure, riure i riure durant hores i hores.
Repeteixo: Quina enveja!!
besins 1000

Anónimo dijo...

Me encantan estas tardes...un gran post!

Anónimo dijo...

por favor un nuevo post ya!!!!!