martes, 17 de abril de 2007

¿Y yo?

Ayer fue un día duro.
No sé gestionar la tristeza de la gente, la tristeza de los que están a mi lado, y a quien tanto quiero. No sé gestionarlo, y la vida me obliga.
Creo que me estoy perdiendo. Demasiadas cosas para hacer, demasiadas personas con quien estar, demasiado de lo que preocuparme.
¿Dónde quedo yo en todo esto?
Luego, llega la noche, y estoy agotada, enfadada, con ganas de llorar, pero llego a casa, y está él, con una sonrisa, amándome, comprendiendo de mi incluso lo que yo no comprendo; y todo ello no me permite llorar, ni estar triste, ni preocuparme.

1 comentario:

Nadia dijo...

Suele suceder, sobre todo en momentos en los que parece que todo el mundo está tan absorto en sus problemas que no se dan cuenta de los problemas ajenos. Suele suceder, que la pena y la rabia se llevan por dentro y nunca afloran. Suele suceder que al exigir atención no nos demos cuenta que otros también la exigen... pero lo que no suele suceder es que haya alguien que te comprenda tanto que las palabras sobren. Eres afortunada y eres consciente de ello. Es genial