miércoles, 22 de enero de 2014

La ciudad fotocopia

¿Por qué una ciudad nos gusta más que otra? En general, existen lugares de peregrinación turísticos en todas las ciudades del mundo. Uno no puede ir a París y no acercarse a la Torre Eiffel, no puede ir a Londres y no ver el Big Ben, no puede ir a Pisa y no volver con una fotografía en la que, usando la perspectiva, parezca que está sujetando la torre.

Pero, a parte de estos lugares de peregrinación, unas ciudades nos gustan más que otras. En general es por el ambiente que se vive, por la gente, por el comercio, etc. Por ello me preocupa la homogeneización que se está llevando a cabo en los últimos años, de tal modo que ya no son sólo las tiendas de ropa las que abren sucursales por todo el mundo y convierten los ejes comerciales de cada ciudad en fotocopias de la ciudad de al lado, sino que se está extendiendo a las tiendas de comida y los bares.

España está a la cabeza de Europa en número de bares por habitante, siendo que en Julio de 2013 había 279.243 bares abiertos. Eso forma parte de la fisonomía de una ciudad y te descubre costumbres que desconocías. Por ejemplo, te sorprendes al descubrir que en los bares de Córdoba te ponen tomate rallado en una azucarera, para que puedas untárselo al pan. O al descubrir que en la mayoría de bares de Madrid, te ponen una tapa con la consumición.

Sin embargo, en los últimos años se está extendiendo el sistema de franquicias de locales que funcionan en una ciudad, y se exportan al resto. El ejemplo más claro es el de una conocida cadena de cafeterías estadounidense, que me recuerda un capítulo de los Simpson en que todos los locales que cerraban, al minuto se habían convertido en una sucursal de esta cafetería. Pero también hay sucursales de bares de montaditos, de bares en los que te ofrecen cinco cervezas en un cubo por un precio muy bajo, de hamburgueserías y pizzerías multinacionales, y un largo etcétera.

¿Es eso malo? Pues, a mi modo de ver, sí. Ya sé que si no quieres, no tienes que entrar, pero ¿es esa la ciudad que queremos? ¿Una copia de la ciudad de al lado?. Comercios que habían durado décadas han tenido que cerrar en los últimos años, en parte por la crisis, y en parte porque están en lugares privilegiados donde cualquier cadena está dispuesta a pagar diez veces más de alquiler. El último cierre que fue noticia, el de una juguetería que llevaba abierta 170 años, se debe a la especulación del alquiler. Hasta el momento pagaban menos de mil euros de alquiler y la propiedad lo subió a 10.000. ¿Qué pequeño negocio puede competir con eso?

Como consumidores deberíamos tener un consumo responsable y comprar en tiendas de barrio, pero reconozco que es desesperanzador, porque creemos que una sola persona no puede hacer nada. "Si va todo el mundo", te dirán.

Aún así, yo prefiero ir a un bar con encanto que al local de una cadena. ¿Y tú?

1 comentario:

zahoum dijo...

Indudablemente me sumo a tu preferencia. El problema es que cada vez las grandes cadenas monopolizan la oferta del mercado. Así y con una gran falta de conciencia nis cargamos la diversidad.