jueves, 20 de mayo de 2010

Talón de Aquiles

Me gusta recordar cuando era una niña y jugaba ajena a los peligros en calles sucias con jeringuillas por doquier. Cuando era adolescente y reír con mis amigas era, sin lugar a dudas, la mejor forma de pasar el tiempo. Cuando era más joven y organizaba mi vida social en función de dónde y cuándo se leyera poesía. Cuando hace pocos años el reto era encontrar el momento adecuado para cada persona.
Y siempre que me recuerdo, hace mucho o hace menos tiempo, sé que en cada momento tenía mi pequeño talón de Aquiles.
Ese talón de Aquiles podía ser real, o ficticio. Podía conocerle o no. Podía haberle hablado o sólo verlo cada cierto tiempo.
En el Instituto descubrí por qué, a esos talones de Aquiles, se les llamaba platónicos. Y también descubrí que uno te podía durar los cuatro años que van desde primero de BUP hasta COU.
Pero para mí eran mi Talón de Aquiles porque nunca sabía qué decirles. No sabía evitar que mi fortaleza cayera y mi cara dibujara una estúpida sonrisa al ver sus caras entre la gente.
No podría nombrarlos a todos en este post, pero hoy me he acordado de todos ellos. Me he acordado porque al cerrar la página de correo he visto la foto de uno de ellos y mi cara se ha iluminado a pesar de las montañas de trabajo que hay sobre mi mesa.
Y me he vuelto a sentir una niña, una adolescente enamorada del amor. He vuelto a pensar en todos los que ocuparon ese mismo puesto y debo reconocer que el de la foto de hoy es el más antiguo, continuo y perenne de todos mis Talones de Aquiles.

3 comentarios:

Nadia dijo...

Pon un nombre... queremos saber,tenemos ciertos derechos!

zahoum dijo...

Eih que pasa, yo también lo quiero saber! Una cosa te voy a decir lo mejor de esos talones de aquiles es poder recordarlos con cariño, incluso con amor. En mi caso no podria decir lo mismo.

Un beset!

Rus dijo...

Prefiero no decirlo, por dos motivos:
1. Vergüenza. Nunca lo publicaría y que lo pueda saber cualquiera.
2. Os decepcionará la respuesta y siempre es mejor dejar la duda para que parezca más interesante de lo que es.