jueves, 15 de enero de 2009

Vicios ocultos

Cuando era una niña existían los paquetes de donetes de tres unidades. Y los donetes blancos, aquellos que llevaban una capa de azúcar en polvo por encima. Pero esas cosas ya no existen.
Así que un día, salgo de casa a las siete de la tarde a la presentación de la película de un amigo, y por el camino descubro una pulsación en mi interior. No es hambre. No es gula. Es, sencillamente, unas ganas tremendas de comerme un donete. El primer pensamiento es "me voy a comprar un paquete" pero enseguida reflexiono, porque yo sólo quiero uno, o como mucho dos donetes, porque me apetecen de verdad. Pero el paquete es de seis, y si me lo compro, me los comeré todos, y yo sólo quiero uno o dos, y entonces me acuerdo de aquellos paquetes de tres, que ya han desaparecido de las estanterías de nuestros supermercados.
Finalmente caigo en la tentación. Entro en el paki más cercano. Busco en las estanterías. Allí están. Tiro del paquete de donetes y empiezan a salir poco a poco, siguen saliendo, siguen saliendo y finalmente el paquete se acaba, pero ¿qué es esto?. Pues es que ahora tampoco existen los paquetes de seis, el paquete ha pasado a ser de siete, y encima te regalan dos más. Total: nueve donetes, cuando yo sólo quería dos.
Salgo del paki guardando el paquete en el bolso, porque así la gente que me cruce por la calle no me mirará como si fuera una gorda gula con caprichos de niña.
Esta vez han ganado ellos, pero un día descubriré cómo comprarte un paquete entero, y comerte sólo una parte!

6 comentarios:

Salt&Vinegar dijo...

bien hecho Rus!
que bueno están los donetes!

solo una apreciación,
guardaste el paquete para que no te salieran amigos por todas partes!!!

zahoum dijo...

Creo que una manera eficaz de no comertelos todos es invitar a tus amigos...? Y sino estan en ese momento donarlos como buena samaritana al primero que se te cruce, quizás nazca una gran amistad...!

LoSt dijo...

El problema de los donetes. O el de la bolsa de pipas. Empiezas y alguna fuerza extraña de la naturaleza te atrae a la bolsa y hasta que no la has vaciado no puedes parar.
Menos mal que los donetes no me gustan. Pero ayer me zampé un paquete entero de avellanas. Si te consuela...

Nadia dijo...

AQUI NO HAY DONETES!!!! QUIERO UNOS DONETES!!! Aunque en el post no me ha quedado claro si te compraste donetes o donuts?

Anónimo dijo...

Lo de compartir no entra dentro de mis esquemas doneteros.
Veo que aquí todos tenemos nuestros vicios ocultos, eh, Lost!!
Nadia, eran donetes. En el próximo viaje, te llevo un par de paquetes!

Pescador de Perles dijo...

Eso si llegan (los paquetes).

En Londres tampoco hay Donetes y ahora me han entrado muchas ganas de comerme unos...

Argh