jueves, 9 de septiembre de 2010

Tras el verano

Tras el viaje del verano un cúmulo de sensaciones se manifiestan en la cabeza y en la epidermis.

La primera es un pensamiento negativo: se acabó lo bueno, vuelta a trabajar.

La segunda es un escalofrío: he vivido tantas experiencias en un mes como otras personas en toda su vida.

A continuación, las sensaciones, los recuerdos y los pensamientos se mezclan en un totum revolutum y empiezan las obligaciones. "tengo que ver a mi familia" "tengo que enviar aquel mail" "tengo que ordenar las fotos""tengo que organizar esto y aquello" y al final te das cuenta de que las vacaciones son un cúmulo de obligaciones continuas de las que intentamos huir yéndonos de viaje.

Cuando uno vuelve de un viaje la pregunta más común es "¿qué tal por...?" y después de 16 días viajando es difícil resumirlo todo en un frase. Así que la respuesta que he decidido adoptar es "bien, genial, muy diferente" que es tanto como no decir nada.

Para aquellos que habeis preguntado y habeis obtenido esta respuesta, intentaré ir desglosando en este blog todo lo que hemos vivido en esos días. Todas las diferencias, las cosas en común, lo más bonito, la peor experiencia... pero ahora toca trabajar así que habrá que esperar para el primer capítulo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Eh, yo también he decidido adoptar la misma respuesta!!
Es que, es verdad: a quien me lo pregunta en el pasillo, casi de pasada, realmente no le interesa mucho saberlo. Ni tampoco yo tengo mucho interés en las suyas. Ya otro día quedaremos y nos lo explicamos con detalle.
Por cierto, ¿qué tal el viaje? ¿Muy pesados los primeros 13 días?
j.

Rus dijo...

No sé si tienes mucho interés en saberlo, pero te lo cuento. Los primeros trece días fueron un poco horribles, pero los tres últimos... por esos tres sí que merecieron la pena las ventipico horas de viaje.