Es lunes y no sabes cómo puedes estar tan cansada. Si ayer a esta hora estabas echada en el sofá intentando digerir un número ingente de calçots!! Pero hoy ya no es ayer, y estás deseando salir de la oficina. Ya pasan de las ocho, lo que supone casi doce horas ahí metida. Ya está, ¿no? Ya deberías poder irte a casa.
A estas horas, como no podía ser de otra manera, eres la última en salir. Así que llegar a casa no será tan fácil como te piensas. Hay que recorrerlo todo, comprobar luces, apagar cafetera, ordenadores de los más despistados, ¿ya está todo? ¿seguro? Ok, alarma y para casa.
Wow, este viento tampoco te lo va a poner fácil. Venga, vamos allá, casco, guantes, tráfico, la carretera es toda tuya. Bruuuuuum!!! I'm on my way, que diría Dunham. Pero, ¿qué es esto? ¿un control de alcoholemia un lunes a las 20.30 horas? No te lo puedes creer. Ah, mira, parece que no paran a todo el mundo. Ese coche pasa, y ese, el de delante tuyo también, pero tú no. A ti, sí que te paran.
- Buenas noches. Control de alcoholemia y documentación. Baje de la moto- te dice un policía muerto de frío que está deseandito que des positivo para recaudar un poco. Ese debe de ser el único objetivo de un control así.
Tú, diligente, bajas de la moto. Fuera casco, fuera guantes, sacas el carnet y ala, a esperar.
- Estos son sus derechos. Si quiere se los explico. Me tiene que firmar aquí abajo.
Tú, diligente, firmas. ¿derechos? Pensabas que tenías derecho a llegar a casa antes de que anocheciera, pero se ve que no.
Y llega ese momento. El momento clave. El policía te la boquilla envuelta en una bolsita herméticamente cerrada y te ordena que la abras e introduzcas la boquilla en el etilómetro. Y tú, diligente- de nuevo- coges el paquetito, te sientes nerviosa aunque sabes que no has bebido nada, y te das cuenta de que sacar la boquilla de la bolsa es la primera fase del control de alcoholemia. Con los dedos helados, el viento y las ganas de irte, aquello no hay dios griego que sea capaz de abrirlo. Miras de reojo al señor policía, le sonríes como queriendo decirle que no has bebido, lo que pasa es que eres torpe, y finalmente se abre.
Introduces la boquilla, tomas aire y bufffffffffffff.
- Menudos pulmones - te dice el policía, mientras mira el visor.
Momento de tensión... ¿qué saldrá?. Pues qué va a salir, si no has bebido. Pero, eso es lo de menos, la tensión se palpa en el ambiente, él mira el visor, tú lo miras a él y finalmente...
- Ha sacado 0,0.
Pues vaya, la próxima vez estudiaré más.
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