jueves, 13 de febrero de 2014

Llamemos a las cosas por su nombre

Una lee blogs. Más de los que debería en horario laboral, y pocos fuera de éste. Ahora resulta que me he aficionado a uno que descubrí a través de Anónimo J. y estoy enganchadísima.

Leyendo la última entrada me topo con la palabra "foodie" y desconozco totalmente a qué se refiere, pero mis pocos conocimientos de inglés me hacen intuir por dónde van los tiros. Y los tiros me llevan a descubrir que volvemos a usar palabras nuevas para conceptos viejos.

Y, si no están ustedes de acuerdo, les reto a explicarme las diferencias entre un foodie y un gourmet. De acuerdo, "gourmet" también es un préstamo, pero lo hemos hecho nuestro. Y, si realmente un foodie no es un gourmet, díganme qué distingue a esta nueva especie de un cocinillas. Alguna de las dos cosas debe querer decir.

Soy la primera en reconocer que algunas palabras es más fácil decirlas en inglés, como "handicap", "loser" (que, además, suena menos dura que "perdedor"), etc. Pero llegamos a puntos absurdos en que usamos mil palabras nuevas, sólo por demostrar que sabemos inglés y que somos modernos.

Pero, ¿sabemos inglés?. Pues se ve que no tanto. Leía (sí, también en otro blog) una crítica sobre la pronunciación de "stick tartar" en lugar de "steak tartar", y el crítico se preguntaba a qué se debía que lo pronunciáramos mal. Todos. Podría parecer una chorrada, y realmente me lo pareció hasta tres o cuatro días más tarde. Estaba en un restaurante pequeñito y justo en la mesa de al lado se sentaron dos chicos que hablaban muy bien castellano, pero eran angloparlantes. La camarera les aseguró que su "stick tartar" era el plato estrella, y la miraron muy extrañados. Lo repitió varias veces "sí, stick tartar. Carne, que está muy buena, la hacemos (...), ¿no lo conocéis? stick tartar!". Imagino que al decirles que era carne, cayeron en la cuenta de lo que les estaba ofreciendo y lo pidieron encantados, pero ¿alguien se hubiera atrevido a pronunciarlo bien sin valorar el riesgo de parecer un pedante?

Curiosa sociedad esta en la que vivimos, en que valoramos negativamente al que pronuncia bien un idioma extranjero (no les digo nada si ese idioma es el francés) porque nos parece pedante, y por otro lado nos dejamos las cejas en encontrar cada vez más expresiones, que no nos son propias, para designar aquello que toda la vida hemos llamado "inconveniente" o "pardillo". Sólo para parecer más modernos, más cool. 

¿Ven? ni queriendo, se libra una!

2 comentarios:

Anónimo Falafel dijo...

Se me ha ocurrido mirar la palabra "gourmet" en el diccionario y te reenvía a gastrónomo (persona entendida en gastronomía)porque pensaba que se podría asimilar a sibarita (dicho de una persona que se trata con mucho regalo y refinamiento)... el idioma se enriquece tanto cuando se adoptan palabras extranjeras para algo que ya se nombra en castellano. Ahora puede decir perdedor o loser, discapacidad o handicap, cool, guay, genial, maravilloso, trendy o a la moda... lo malo no es que se adopten sino que caigan en el olvido las demás.
Totalmente de acuerdo con eso de que pronunciar bien en un idioma extranjero parece pedante y es totalmente injusto porque cuando se domina ese idioma parece un sacrilegio pronunciar "à la española" para no parecer pedante. You know lady, je suis polyglote!

Anónimo dijo...

Me encanta la última frase. Además, sólo la podías decir tú.
R.